Hay un villancico (lo tenemos en mi coro en el programa de estas Navidades) que cuando lo cantamos me acuerdo de las campanas de Rasueros.
Este villancico dice en resumen:
Campanas las de la torre,
torre de la catedral,
que bien repicais a gloria,
que bien repicais a paz,
la noche de noche buena,
noche de la navidad... etc. etc. La melodía es una preciosidad y su armonía exquisita.
Yo ya lo he dicho en otras ocasiones, siempre sentí fascinación por la torre y las campanas de la iglesia, en ellas he forjado muchos sueños y fantasias, subir por la torre hasta llegar a las campanas, para mí era una aventura misteriosa, y eso que en aquella época las escaleras de la torre estaban en un estado bastante malo y subir por ellas era esponerse a cierto riesgo de accidente y más en mí, que sentía algo de vértigo por las alturas, pero a pesar de todo yo tenia mucha ilusión en subir al campanario de la torre, cuando al final conseguia llegar, las campanas me parecían enormes y en mi no cabia el poder voltearlas, me parecía una quimera y admiraba a las personas que desafiando la ley de la gravedad se subían en ellas y volteándolas conseguian sacar sonidos muy armoniosos.
Como muy bién dice Merche, nosotros crecemos físicamente e intelectualmente por la lógica ley de la vida, pero seguimos pegados a la tierra que nos vió nacer y aunque adultos a veces nos vemos como niños evocando todos los sentimientos que surgen espontáneamente de nuestro interior.
La esencia de nuestro pueblo sigue estando en él, y aunque cambie de arquitectura y de estética, su espíritu lo seguimos llevando tantas y tantas personas que por la causa que fuera emigramos a otros sitios o destinos donde forjamos nuestras vidas, pero el pueblo ¡.. el pueblo, somos todos nosotros.
Campanas las de Rasueros,
que bien repicais a gloria,
que bien repicais a paz....... Abzs. Ignacio
Este villancico dice en resumen:
Campanas las de la torre,
torre de la catedral,
que bien repicais a gloria,
que bien repicais a paz,
la noche de noche buena,
noche de la navidad... etc. etc. La melodía es una preciosidad y su armonía exquisita.
Yo ya lo he dicho en otras ocasiones, siempre sentí fascinación por la torre y las campanas de la iglesia, en ellas he forjado muchos sueños y fantasias, subir por la torre hasta llegar a las campanas, para mí era una aventura misteriosa, y eso que en aquella época las escaleras de la torre estaban en un estado bastante malo y subir por ellas era esponerse a cierto riesgo de accidente y más en mí, que sentía algo de vértigo por las alturas, pero a pesar de todo yo tenia mucha ilusión en subir al campanario de la torre, cuando al final conseguia llegar, las campanas me parecían enormes y en mi no cabia el poder voltearlas, me parecía una quimera y admiraba a las personas que desafiando la ley de la gravedad se subían en ellas y volteándolas conseguian sacar sonidos muy armoniosos.
Como muy bién dice Merche, nosotros crecemos físicamente e intelectualmente por la lógica ley de la vida, pero seguimos pegados a la tierra que nos vió nacer y aunque adultos a veces nos vemos como niños evocando todos los sentimientos que surgen espontáneamente de nuestro interior.
La esencia de nuestro pueblo sigue estando en él, y aunque cambie de arquitectura y de estética, su espíritu lo seguimos llevando tantas y tantas personas que por la causa que fuera emigramos a otros sitios o destinos donde forjamos nuestras vidas, pero el pueblo ¡.. el pueblo, somos todos nosotros.
Campanas las de Rasueros,
que bien repicais a gloria,
que bien repicais a paz....... Abzs. Ignacio