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Espero que este escrito le guste a más foreros, de cualquier forma apreciaré todo comentario, sea este positivo o negativo, bueno para ser exacto, ninguno será negativo. Está escrito el 27 de Abril de 1974, pero la experiencia fue vivida unos años antes.
Fraililla como se puede apreciar, hace ya muchisimos años que estoy en Madrid, eso no quiere decir que haya vivido siempre aquí.
Ignacio Esteban Nieto, totalmente de acuerdo, nada como escribir para ser leído en voz alta; pero para eso hay que saber de escritura, de poesía, de prosa, armonizada con los más rítmicos sentimientos del alma. Ud/tu ya sabe/s esta forma de escribir; yo estoy aprendiendo, para ello estoy desempolvando algunos escritos de hace ya muchos años, que siempre me negué a destruir.
De súbito desperté, pero antes, en ese minúsculo tiempo desde que se está dormido hasta que se está despierto, un ligero golpecillo me hizo pensar que estaba en la mismísima gloria.
Junto al banco en el que estábamos sentados, se bañaban en el Sol dos pequeños, que en su larga excursión por su desconocido e inhóspito “mundillo”, se habían alejado de la chacha unos 50 ó 60 metros, la cual apresurada iba a buscarlos.
Apenas sin darme cuenta, dos palomas han estado comiendo las pocas migajas que hayan caído entre mis pies, que cuelgan delatándome del más ligero movimiento.
Es el angelical concierto formado, con ritmo casi mágico, por las vocecillas de los juguetones niños, la voz cansada de los ancianos, el salpicado bullicio de las fuentes cercanas, el continuo fluir de ruidos diversos montados sobre ruedas; de vez en cuando como rompiendo el embeleso de la etérea tarde, dos celosos relojes quieren lanzar a vuelo sus mejores galas, llegando hasta mi el acompasado silencio de sus tic-tac tic-tac.
Todo el concierto besado por un sol primaveral, unido a la desaprobación de los amigos, por dormirme en mi primera visita a Madrid, en la Plaza de la Cibeles.
Fraililla como se puede apreciar, hace ya muchisimos años que estoy en Madrid, eso no quiere decir que haya vivido siempre aquí.
Ignacio Esteban Nieto, totalmente de acuerdo, nada como escribir para ser leído en voz alta; pero para eso hay que saber de escritura, de poesía, de prosa, armonizada con los más rítmicos sentimientos del alma. Ud/tu ya sabe/s esta forma de escribir; yo estoy aprendiendo, para ello estoy desempolvando algunos escritos de hace ya muchos años, que siempre me negué a destruir.
De súbito desperté, pero antes, en ese minúsculo tiempo desde que se está dormido hasta que se está despierto, un ligero golpecillo me hizo pensar que estaba en la mismísima gloria.
Junto al banco en el que estábamos sentados, se bañaban en el Sol dos pequeños, que en su larga excursión por su desconocido e inhóspito “mundillo”, se habían alejado de la chacha unos 50 ó 60 metros, la cual apresurada iba a buscarlos.
Apenas sin darme cuenta, dos palomas han estado comiendo las pocas migajas que hayan caído entre mis pies, que cuelgan delatándome del más ligero movimiento.
Es el angelical concierto formado, con ritmo casi mágico, por las vocecillas de los juguetones niños, la voz cansada de los ancianos, el salpicado bullicio de las fuentes cercanas, el continuo fluir de ruidos diversos montados sobre ruedas; de vez en cuando como rompiendo el embeleso de la etérea tarde, dos celosos relojes quieren lanzar a vuelo sus mejores galas, llegando hasta mi el acompasado silencio de sus tic-tac tic-tac.
Todo el concierto besado por un sol primaveral, unido a la desaprobación de los amigos, por dormirme en mi primera visita a Madrid, en la Plaza de la Cibeles.