… … a Germán solo el amor de una Abulense le separó de su amada tierra vasca, toda su familia era del Norte, y a pesar de los muchos lazos que le unían a su tierra, pudo más el cariño por esa mujer, con la que después tendría, cinco hijos y dos hijas. Él siempre decía que amaba a su tierra y a su gente por encima de todas las cosas, pero nunca se olvidaba de decir que:
el verdadero paraíso se encuentra allá dónde se encuentran tus seres amados,
donde la Concordia del día a día se manifiesta en la quietud de las aguas,
recorriendo sin prisa los campos, para anegarlas, para preñarlas, para fecundarlas.
Solía decir también, que no hay mayor belleza que:
aquella que contemplan tus ojos al amanecer,
donde quiera que te encuentres,
cuando la luz clarea,
cuando las esperanzas se despiertan,
cuando las voluntades se levantan,
cuando los vientos que traen los aromas de las tierras humedecidas por las rosadas,
acarician tus mejillas sonrosadas,
cuando el olor del humo de la panadería, se adelanta al olor del pan de cada mañana,
cuando las melodías de los ruiseñores acaban de dar la salida a los otros clamores,
cuando se empiezan a oír los cacareos de las gallinas en los corrales,
cuando los gallos cantan,
cuando las ranas ya acostaron sus croares,
cuando los rechinares de las carretas, en sus ejes, ya se apagan en los lejanos Pinares,
cuando se oyen a borbotones las fuentes cercanas.
Fue su primer destino, lo que le llevó a ese pueblo de la provincia de Ávila, llamado … …
Fragmento de “Trazos y esbozos para una cartografía de Castilla y León, desde los entresijos del alma”. (INÉDITA) que no anónima.
COMO ME GUSTARIA SABER COMO SE LLAMABA LA SEÑORA QUE CUIDABA DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS, A MODO DE GUARDERIA, EN UNA CASITA BAJA, FRENTE A LOS CORRALES DEL SR. DEMETRIO, qepd, (pasada la cruz de la Ermita, los corrales a la derecha, la casita a la izquierda), ¿SRA. FILOMENA? y como me gustaría que alguién respondiese, yo fuí a esa guardería, demostraría que no está sólo en mi imaginación.
Salu2, Besos, Abrazos, Besabrazos, Roces Nasales, Give me Five´s etc. etc., según proceda y Husos.
Pero sobre todo, refrescantes y pulverizados riegos de calinosa y calmosa, felicidad veraniega.
el verdadero paraíso se encuentra allá dónde se encuentran tus seres amados,
donde la Concordia del día a día se manifiesta en la quietud de las aguas,
recorriendo sin prisa los campos, para anegarlas, para preñarlas, para fecundarlas.
Solía decir también, que no hay mayor belleza que:
aquella que contemplan tus ojos al amanecer,
donde quiera que te encuentres,
cuando la luz clarea,
cuando las esperanzas se despiertan,
cuando las voluntades se levantan,
cuando los vientos que traen los aromas de las tierras humedecidas por las rosadas,
acarician tus mejillas sonrosadas,
cuando el olor del humo de la panadería, se adelanta al olor del pan de cada mañana,
cuando las melodías de los ruiseñores acaban de dar la salida a los otros clamores,
cuando se empiezan a oír los cacareos de las gallinas en los corrales,
cuando los gallos cantan,
cuando las ranas ya acostaron sus croares,
cuando los rechinares de las carretas, en sus ejes, ya se apagan en los lejanos Pinares,
cuando se oyen a borbotones las fuentes cercanas.
Fue su primer destino, lo que le llevó a ese pueblo de la provincia de Ávila, llamado … …
Fragmento de “Trazos y esbozos para una cartografía de Castilla y León, desde los entresijos del alma”. (INÉDITA) que no anónima.
COMO ME GUSTARIA SABER COMO SE LLAMABA LA SEÑORA QUE CUIDABA DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS, A MODO DE GUARDERIA, EN UNA CASITA BAJA, FRENTE A LOS CORRALES DEL SR. DEMETRIO, qepd, (pasada la cruz de la Ermita, los corrales a la derecha, la casita a la izquierda), ¿SRA. FILOMENA? y como me gustaría que alguién respondiese, yo fuí a esa guardería, demostraría que no está sólo en mi imaginación.
Salu2, Besos, Abrazos, Besabrazos, Roces Nasales, Give me Five´s etc. etc., según proceda y Husos.
Pero sobre todo, refrescantes y pulverizados riegos de calinosa y calmosa, felicidad veraniega.
A esa escuela iba mi madre todos los dias con varios niños de la mano. A diario les lavaba cuidadosamente el babi que usaban para acudir a la escuela y por el camino disfrutaba escuchando sus risas, sus conversaciones y alguna que otra porfía propia de niños de tan corta edad. Los quería a todos, eran sus niños y los llevaba cuidando desde que era una niña, pero había uno que llamaba poderosamente su atención por su gracia y desparpajo. Por oírle le preguntaba: Cuantos hermanitos sois? Y muy suelto él decía:
Muy pocos, muy pocos.
Los tres de la saya blanca
Los tres de la saya negra
Los otros tres
Las otras cuatro
El Peluchón y el otro muchacho
Bonitas anecdotas las que me contaba mi madre.... Todas tratadas desde el respeto y cariño que sentía hacia la gente de su pueblo. Ojala pudiera continuar contándomelas y seguir a mi lad Me ha ayudado y enseñado tanto, tanto.... Pero se la olvido enseñarme a como vivir sin ella.
Muy pocos, muy pocos.
Los tres de la saya blanca
Los tres de la saya negra
Los otros tres
Las otras cuatro
El Peluchón y el otro muchacho
Bonitas anecdotas las que me contaba mi madre.... Todas tratadas desde el respeto y cariño que sentía hacia la gente de su pueblo. Ojala pudiera continuar contándomelas y seguir a mi lad Me ha ayudado y enseñado tanto, tanto.... Pero se la olvido enseñarme a como vivir sin ella.