A Sandalio Anatolio Pérez González
... de Rsaueros, Avila... "Avila de los Caballeros".
Hace poco que nos has dejado y el vacío es tan grande que duele el alma.
91 años vividos, en los que el sufrimiento y el sacrificio han marcado gran parte de tu existencia.
Pero la recompensa ha sido grande, una maravillosa esposa y una hija que han hecho lo imposible para que fueras feliz y olvidaras las afrentas del pasado.
Aún con un carácter difícil, sobrio y austero castellano de pura cepa, eras capaz de ayudar a costa de cualquier cosa a quién lo necesitara, por lo que no pocos se han aprovechado de tu buen corazón.
Tu gran vocación... ser Veterinario, tu gran pasión... la naturaleza y salir con tus perros de caza... tu gran amor... tu familia.
Genio y figura hasta en los últimos momentos.
Mi gran preocupación... evitarte el sufrimiento y que siempre fueras consciente de que tu mujer y tu hija estábamos contigo... como una sola persona... luchando para darte la fuerza que te pudiera faltar.
Te has ido deprisa, consciente y a nuestro lado... juntos... como siempre.
Extremadamente recto en todos los aspectos de la vida, has luchado incansablemente para dar a tu familia lo mejor y especialmente a tu única hija, a la que has procurado una sólida formación y has preparado para sobrevivir con honestidad y rectitud, principios que eran básicos para ti.
Estoy convencida de que Dios te tenía reservado un lugar privilegiado al lado del abuelo, tu padre al que adorabas, junto a nuestros perros, que tantas satisfacciones nos dieron... y que tus seres queridos y buenos amigos habrán salido a recibirte.
Por desgracia, en estos momentos, la fe no me llega, pero tengo la esperanza de que, allá donde estés, nos cuidarás y velarás por nosotras, como ha sido siempre y, aunque físicamente no te encuentres a nuestro lado vivirás en nuestros recuerdo... estás en nuestro corazón.
Finalmente y como homenaje a mi abuelo, D. Maximiliano Pérez Gómez, Veterinario, al que mi querido padre amaba sin límite, recupero unas letras que fueron recogidas en uno de los tantos escritos que le dedicó:
"Una "flor", sobre tu tumba,
con el tiempo se "marchita".
Y una "oración, por tu alma,
¡Llega a Dios y es "infinita"!
Te hemos querido, te queremos y te querremos por siempre.
Con todo nuestro amor... nos vemos papá.
Dolores A. Pérez Acuña
He querido compartir con vosotros estas letras llenas de sentimiento, como recuerdo de mi padre y también de mi abuelo, almas unidas e inseparables, al que no conocí y que continuamente ha estado presente en nuestro hogar.
Un abrazo muy fuerte para todos. LOLA.
... de Rsaueros, Avila... "Avila de los Caballeros".
Hace poco que nos has dejado y el vacío es tan grande que duele el alma.
91 años vividos, en los que el sufrimiento y el sacrificio han marcado gran parte de tu existencia.
Pero la recompensa ha sido grande, una maravillosa esposa y una hija que han hecho lo imposible para que fueras feliz y olvidaras las afrentas del pasado.
Aún con un carácter difícil, sobrio y austero castellano de pura cepa, eras capaz de ayudar a costa de cualquier cosa a quién lo necesitara, por lo que no pocos se han aprovechado de tu buen corazón.
Tu gran vocación... ser Veterinario, tu gran pasión... la naturaleza y salir con tus perros de caza... tu gran amor... tu familia.
Genio y figura hasta en los últimos momentos.
Mi gran preocupación... evitarte el sufrimiento y que siempre fueras consciente de que tu mujer y tu hija estábamos contigo... como una sola persona... luchando para darte la fuerza que te pudiera faltar.
Te has ido deprisa, consciente y a nuestro lado... juntos... como siempre.
Extremadamente recto en todos los aspectos de la vida, has luchado incansablemente para dar a tu familia lo mejor y especialmente a tu única hija, a la que has procurado una sólida formación y has preparado para sobrevivir con honestidad y rectitud, principios que eran básicos para ti.
Estoy convencida de que Dios te tenía reservado un lugar privilegiado al lado del abuelo, tu padre al que adorabas, junto a nuestros perros, que tantas satisfacciones nos dieron... y que tus seres queridos y buenos amigos habrán salido a recibirte.
Por desgracia, en estos momentos, la fe no me llega, pero tengo la esperanza de que, allá donde estés, nos cuidarás y velarás por nosotras, como ha sido siempre y, aunque físicamente no te encuentres a nuestro lado vivirás en nuestros recuerdo... estás en nuestro corazón.
Finalmente y como homenaje a mi abuelo, D. Maximiliano Pérez Gómez, Veterinario, al que mi querido padre amaba sin límite, recupero unas letras que fueron recogidas en uno de los tantos escritos que le dedicó:
"Una "flor", sobre tu tumba,
con el tiempo se "marchita".
Y una "oración, por tu alma,
¡Llega a Dios y es "infinita"!
Te hemos querido, te queremos y te querremos por siempre.
Con todo nuestro amor... nos vemos papá.
Dolores A. Pérez Acuña
He querido compartir con vosotros estas letras llenas de sentimiento, como recuerdo de mi padre y también de mi abuelo, almas unidas e inseparables, al que no conocí y que continuamente ha estado presente en nuestro hogar.
Un abrazo muy fuerte para todos. LOLA.