Hola amig@s del foro! Espero que estéis tod@s muy bien. Es verdad, ya estamos a 31 de mayo, caen los días con tanta rapidez que apenas nos percatamos del paso del tiempo, como quien se sumerge en la lectura de un buen libro, y cuando quiere darse cuenta descubre que ya se encuentra en la mitad. Así es la vida, una novela de aventuras, pasiones, dramas, amores y desencuentros, emociones, risas, llantos, sorpresas... Pero volviendo al final del mes de las flores y coincidiendo con la celebración del Corpus Christi, acontecida este pasado domingo, quiero compartir con tod@s vosotr@s lo vivido ese maravilloso día en Rasueros. Desde que era niña no acudía a una celebración del Corpus Christi en mi pueblo, este año, invitada por mi queridísima paisana Joaquina, he tenido el privilegio de asistir, por primera vez, al emocionante acto de la entrega de la Vara a los nuevos Cofrades. Empezó el evento, por algo conocido desde la infancia, la misa del Corpus Christi. La iglesia estaba llena, rebosante de gente. Tras la misa, dio comienzo la procesión, que se desarrolló por todo el pueblo, y que, en consecuencia, tuvo un largo recorrido. La procesión, con toda su solemnidad, la niña que este año había tomado la primera Comunión, guapísima, vestida para la ocasión, junto a su hermana, también preciosa, agarraban la cinta del estandarte. Los caminantes nos detuvimos ante el altar habilitado a tal efecto para la ceremonia. El sacerdote se arrodilla, un silencio de respeto absorbe la atención de los allí presentes, el aroma del tomillo arrojado, cual alfombra, alrededor del altar invade de olores la calle. La procesión se reanuda, los músicos tocan, el coro acompaña con sus bellas voces, para finalizar al llegar nuevamente a la Iglesia, donde el sacerdote ofrece una última oración rogativa, cargada de emoción. Terminada la misa, dan comienzo los ágapes y festejos propios de la incorporación, en este año, de dos nuevos cofrades, que reciben la vara. Las familias y amigos de los cofrades acudimos a un cocktel, en una de las casas familiares. En ese acto los cofrades ponen al día a los recién incorporados de los asuntos de la Cofradía, dan cuenta de los gastos realizados, todo de forma minuciosa y transparente. Un poco más tarde, reunidos los más íntimos, somos convidados por los nuevos miembros a una comida deliciosa. Qué gran honor ha sido para mí haber sido invitada a este evento tan emocionante! Desde aquí quiero dar mi más sincero agradecimiento a Joaquina y a toda su maravillosa familia, que nos hicieron sentir tan a gusto, y que nos acogieron con tanto cariño, son unos magníficos anfitriones! Es curioso el haber vivido, a estas alturas de mi vida, algo nuevo en Rasueros, algo de lo que conocía su existencia, pero que hasta este pasado domingo, no había tenido la suerte de poder participar de esta forma tan especial. Viva Rasueros, sus cofrades y toda su gente! Os deseo a tod@s una feliz semana amig@s. Un fuerte abrazo!