Hola a todos.
Lo primero, quiero desear a Lola que su madre vaya mejorando y salga prontito de este bache. Por cierto, que siempre se me olvida, Le hablé de ti a Maite, y me dijo que se acordaba perfectamente y que te diera muchos recuerdos.
Ahora quiero agradecer a Avestruz sus palabras por decir que soy el motor del foro, aunque yo no lo veo así. Te mando la enhorabuena, te felicito y te envidio por ese próximo bebé que va a venir a hacerte muy feliz. Lo que daría yo por ser abuela.
Parece que cuanto más deseas una cosa, más se aleja de ti. Pero tú ya lo tienes cerquita.
Una de las cosas más bonitas de esta vida es el nacimiento de una criatura. Es un milagro, o magia, no lo sé.
Vas viéndolos crecer despacito, despacito y vas viendo como aprenden desde lo más elemental, como es sonreír, comer, decir sus primeras palabras. Todo lleno de ternura y de amor.
Mi opinión es que desde la cuna hay que empezar a educarlos, pues como dicen, son como un árbol al que se le tiene que mantener recto. Dentro de todo el cariño que le dan los padres, también tiene que haber un poco de corrección, una educación para que cuando llegue el momento de su plenitud, sean capaces de desenvolverse en la vida con respeto, coherencia y distinguir lo bueno de lo malo.
Avestruz, dices que ves el programa de Hermano Mayor. Yo soy incapaz de verlo. No puedo creer que haya jóvenes así, y sinceramente, es cierto que influyen muchos factores, pero el primero son los padres. Todos queremos a nuestros hijos igual, digo yo, pero hay que saber decir “No” en muchas ocasiones. No podemos entrar en la pena por reñirlos, o en darles todo lo que piden sin ton ni son.
Yo pienso así; a la primera contestación o una voz más alta que otra, ahí ya hay que empezar a marcar terrenos. Es incomprensible para mí ver ese maltrato a los padres; quizá lo diga porque no me ha tocado, pero he visto algún programa que otro y veo que ahí ha faltado rectitud, con cariño, desde el primer momento. Creo que también dedicación.
Tu padre era un gran médico, te lo dirá todo el pueblo, y era recto. Yo como niña que era cuando le conocí, le tenía miedo, pues alguna que otra inyección me puso. Yo también tengo idealizado al mío.
De médicos ya hablaremos otro día, pues por la mala praxis de una médica estoy como estoy.
¿Somos los mismos? Quizá en espíritu si, y seguimos pensando que todos van decayendo menos nosotros.
Ayer, sábado, Salí a dar un paseo y vi a personas que conozco desde hace tiempo. Me di cuenta de cómo habían decaído y eso me hizo pensar.
Veo cada día a mi madre como va perdiendo facultades y me doy cuenta de que yo también he perdido muchas. Veo a mis hijos y son ya unos adultos, que si me pongo a recordarlos como eran, ya no los conozco.
Bueno la vida es así y debemos resistir; tenemos que ser fuertes y resistentes, mas que nada, por nosotros mismos y después por los que nos rodean. Debemos levantarnos de las caídas que tengamos, y seguir y seguir. Como dice Ignacio, nuestra esencia la tendremos siempre.
Ya me he alargado mucho. A ver si me cabe.
Os mando muchos abrazos, muchas fuerzas, que tengáis muchas ilusiones y que no desvanezcáis nunca.
Besos.
Lo primero, quiero desear a Lola que su madre vaya mejorando y salga prontito de este bache. Por cierto, que siempre se me olvida, Le hablé de ti a Maite, y me dijo que se acordaba perfectamente y que te diera muchos recuerdos.
Ahora quiero agradecer a Avestruz sus palabras por decir que soy el motor del foro, aunque yo no lo veo así. Te mando la enhorabuena, te felicito y te envidio por ese próximo bebé que va a venir a hacerte muy feliz. Lo que daría yo por ser abuela.
Parece que cuanto más deseas una cosa, más se aleja de ti. Pero tú ya lo tienes cerquita.
Una de las cosas más bonitas de esta vida es el nacimiento de una criatura. Es un milagro, o magia, no lo sé.
Vas viéndolos crecer despacito, despacito y vas viendo como aprenden desde lo más elemental, como es sonreír, comer, decir sus primeras palabras. Todo lleno de ternura y de amor.
Mi opinión es que desde la cuna hay que empezar a educarlos, pues como dicen, son como un árbol al que se le tiene que mantener recto. Dentro de todo el cariño que le dan los padres, también tiene que haber un poco de corrección, una educación para que cuando llegue el momento de su plenitud, sean capaces de desenvolverse en la vida con respeto, coherencia y distinguir lo bueno de lo malo.
Avestruz, dices que ves el programa de Hermano Mayor. Yo soy incapaz de verlo. No puedo creer que haya jóvenes así, y sinceramente, es cierto que influyen muchos factores, pero el primero son los padres. Todos queremos a nuestros hijos igual, digo yo, pero hay que saber decir “No” en muchas ocasiones. No podemos entrar en la pena por reñirlos, o en darles todo lo que piden sin ton ni son.
Yo pienso así; a la primera contestación o una voz más alta que otra, ahí ya hay que empezar a marcar terrenos. Es incomprensible para mí ver ese maltrato a los padres; quizá lo diga porque no me ha tocado, pero he visto algún programa que otro y veo que ahí ha faltado rectitud, con cariño, desde el primer momento. Creo que también dedicación.
Tu padre era un gran médico, te lo dirá todo el pueblo, y era recto. Yo como niña que era cuando le conocí, le tenía miedo, pues alguna que otra inyección me puso. Yo también tengo idealizado al mío.
De médicos ya hablaremos otro día, pues por la mala praxis de una médica estoy como estoy.
¿Somos los mismos? Quizá en espíritu si, y seguimos pensando que todos van decayendo menos nosotros.
Ayer, sábado, Salí a dar un paseo y vi a personas que conozco desde hace tiempo. Me di cuenta de cómo habían decaído y eso me hizo pensar.
Veo cada día a mi madre como va perdiendo facultades y me doy cuenta de que yo también he perdido muchas. Veo a mis hijos y son ya unos adultos, que si me pongo a recordarlos como eran, ya no los conozco.
Bueno la vida es así y debemos resistir; tenemos que ser fuertes y resistentes, mas que nada, por nosotros mismos y después por los que nos rodean. Debemos levantarnos de las caídas que tengamos, y seguir y seguir. Como dice Ignacio, nuestra esencia la tendremos siempre.
Ya me he alargado mucho. A ver si me cabe.
Os mando muchos abrazos, muchas fuerzas, que tengáis muchas ilusiones y que no desvanezcáis nunca.
Besos.