Aun recuerdo cuando éramos más pequeños y nos íbamos en
verano en plan "verano azul" con nuestras bicis, y con la merienda en la mochila y casi siempre nos dirigiamos a las arboledas que hay junto al
molino, y acababamos sentados en una preciosa mesita de
piedra, que este tiene en su interior, bebiendo el
agua fresquita de su
pozo, y charlando con pepe y aurora.