Una está convertida en
bar, es verdad; la otra es el hogar, centro de jubilados, donde las pocas mujeres que hay en el
pueblo se reúnen tres veces por semana para echar la partida a las cartas, que tienen derecho; aquí hacen los cursos de gimnasia, de la memoria, la
comida de jubilados... etc. Esta
escuela, que fue en su tiempo la de los niños, está, por lo tanto bien utilizada, no es para lamentarse de ella, "la pobre", como dice Paco en el comentario anterior. Ojalá algún dia volvieran las dos
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