San Juan de la Nava es un
pueblo procedente de asentamientos
medievales, no se han encontrado datos que permitan desarrollar el proceso histórico de la creación del núcleo de San Juan de la Nava con referencias cronológicas escritas de manera precisa. En una de las cartas del Rey Alfonso XI a Blasco Ximeno, habla de repoblar las "navas" de
Ávila, debido a esta causa se cree que hubo repoblación por estas tierras en el siglo XII.
Por la
información encontrada en el
Museo Provincial de Ávila, sabemos que en el
Mapa de verracos encontrados, se cita uno existente en San Juan de la Nava y El
Barraco (de Verraco), son
esculturas de
toros y
cerdos, realizadas en granito que constituyen la manifestación más característica de las gentes que ocuparon esta zona en la época prerromana: Los vettones. Era el de San Juan de la Nava, uno de los 62 existentes en Ávila, que contó en el siglo XVII el cronista Gil González Dávila. Estos
monumentos, funerarios para unos y
señales de
caminos para los más. También coincide Ballesteros en hablar de las
vías romanas, cita la
ermita de la
Virgen de Sonsoles, las de
Madrid y El Barraco, también etimológicamente confrontando con los caminos de las viejas tribus.
En el libro VETTONES de Jesús R. Álvarez Sanchís, (Pag 352) dice hablando de los verracos o toros de
piedra, refiriéndose al que existía en San Juan de la Nava....
Procedencia: A poca distancia del pueblo en el cerro junto al
camino de
Navaluenga se desconoce su paradero actual... ¿ dónde estará?
Descripción.-
Toro, tipo indeterminado, granito, Gómez Moreno llegó a verlo completo y era de gran tamaño, pero nada más puede decirse.
Bibliografía: González Dávila 1596, Gómez Moreno 1983, 39, Arias et alii 1986, 142.
En el Estudio General de Zoomorfos de la Provincia de Ávila el verraco de San Juan de la Nava, figura con el nº 97.
San Juan de la Nava pertenecía al sexmo de Santiago y en cuanto a lo eclesiástico al arciprestazgo de
Burgohondo.
Posiblemente la primera ubicación del primitivo asentamiento humano en San Juan de la Nava se levantaba en el
Barrio de los
Pajares y C/ Costanilla sobre los recorridos de las curvas de nivel, era una zona lo suficientemente cercana a las
fuentes y también suficientemente alta, como para gozar de una cierta visión sobre el
valle y próximo a la zona de los
corrales, lugares destinados a los
ganados.
La zona y el pueblo bien pudiera ser zona de paso y cobijo para
familias que se alejaban de la ciudad durante los enfrentamientos entre la población cristiana e islámica.
En 1347, Fernando IV, concede el privilegio de pueblo a El Barraco con todos sus términos municipales, en los cuales se incluye San Juan de la Nava.
En el siglo XV la zona de asentamiento del poblado, con la prosperidad del mundo rural, crece longitudinalmente siguiendo la dirección Este-Oeste, que une la
Plaza de la
Iglesia y la zona de la ermita de San Sebastián.
En 1768 reclama su independencia jurídica y territorial de El Barraco y de Ávila. En 1773 se gana el recurso y es cuando Carlos III le concede el título de Villazgo.