Voy a ver si me he enterado bien. Así que la R. A. L. E. (limpia, pule y da esplendor) le quita el apellido a la “y griega” ¡Polifemooo... ven p’acá! Y ahora se llama “ye” a secas, sin padre ni madre. Pues voy a probar el invento: si escribo “yema” (de huevo, naturalmente), deberé pronunciar yema, como antes. Aún así, no me termina de gustar el cambio. Siempre encontré a la “y griega” una señora letra muy elegante, delicada, atenta en el trato, conciliadora entre palabras, emocionada en su puesto, vocación de servicio, manos siempre tendidas, sonrisa abierta, femenina en el porte y sentimental en el adiós.
Vamos con la siguiente modificación. Respecto a la “ch” y “ll”, tienen merecido que las separen. Algunas veces, la vecindad permanente acarrea malos entendidos, discusiones y conflictos. Así estaremos todos mejor y más tranquilos. Cada una de estas 4 letras habitará en casilleros diferentes, acudiendo inmediatamente a formación de “ch” o “ll” cuando sean requeridas.
Número total de letras que tendremos ahora: 29-ch-ll= 27 (la “y griega” cambia de nombre perdiendo caché, y la llamaremos “ye”)
Ya, ye, yi, yo, yu... hablaré con los "limpias".
Saludos a todos,
Julio.
... (ver texto completo)