Hacía más de veinte años que no se celebraba el tiro de soga en las
fiestas del
pueblo, y volvió a ser como entonces divertidísimo.
En aquellos tiempos yo tiraba del lado de las solteras, a las casadas recias mujeres de
campo, mujeronas todas ellas, les bastaba con agachar el culo y no había quien las moviera del sitio, ¡nos ganaban siempre!, y nosotras enrabietadas no nos quedaba otra que decir: ¡kilos sí, fuerza, no...!.
Este año los casados modalidad femenino, masculino y todos a revoltillo,
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