Lo que me llama la atención es la cantidad de leña en la Hacina, por lo menos hay dos o tres
carros echados ahí, en
casa de Tio Maxi y Tia Maria nunca faltaba la lumbre baja en cuanto el frío aparecia, me encantaba visitarles, y charlar con ellos e incluso quedarnos callados en tanto pasaba el tiempo, y Tia María siempre me convidaba a una o dos pastas, y no paraba hasta que me la comía, desde aqui un pequeño
homenaje a ellos, y un beso allá donde esten.