Ésta Semana Santa tuve que cuidarme de la llave de la iglesia y era mucho mayor que la presente. La recordaba de pequeño cuando apenas tenía fuerzas para abrir aquel portalón tan bonito y lleno de clavos, pues estábamos esperrando al sacristan para tocar a las oraciones al hacerse de noche y queríamos abrir la puerta nosotros mismos.
También recuerdo los llares colgados en la chimenea de mi casa y las patatas que sacábamos de la caldereta en la que cocíamos cuatro cosillas para los cerdos que criábamos ... (ver texto completo)
También recuerdo los llares colgados en la chimenea de mi casa y las patatas que sacábamos de la caldereta en la que cocíamos cuatro cosillas para los cerdos que criábamos ... (ver texto completo)