Dice esa jota popular: “arrímate bailador arrímate que no pecas que el que baila y no se arrima es comer el pan a secas...”.
Esto lo entendía muy, pero que muy bien mi abuelo, y lo tenía como verdad.
Hoy era su cumpleaños, hubiera hecho 98 años, a él (en su memoria siempre presente), le quiero dedicar esta coplilla, a él que tanto le gustaba bailar, que se partía de risa cuando yo perdía el paso o le pisaba si bailaba con él y que me cogía siempre por la muñeca, la cual se perdía entre sus grandes...