Con paso indolente avanzan por la vida, lentamente, serenos, con la parsimonia del
ganado, y la tranquilidad del deber cumplido, sin prisa por el futuro, sin agobio por el presente, sin el peso del pasado.
Y avanzan, avanzan sin mirar atrás, y se pierden en las
calles de un
pueblo silencioso, que también avanza, avanza, hacia su fin, sin mirar tampoco atrás.