EPICURO (E. Galeano)
En su
jardín de Atenas, Epicuro hablaba contra los miedos.
Contra el miedo a los dioses, a la muerte, al dolor y al fracaso.
Es pura vanidad, decía, creer que los dioses se ocupan de nosotros. Desde su inmortalidad, desde su perfección, ellos no nos otorgan
premios ni castigos. Los dioses no son temibles porque nosotros, efímeros, mal hechos, no merecemos nada más que su indiferencia.
Tampoco la muerte es temible decía: Mientras nosotros somos ella no es, y cuando ella es, nosotros dejamos de ser.
¿Miedo al dolor? Es el miedo al dolor el que más duele, pero nada hay más placentero que el placer cuando el dolor se va.
¿Y el miedo al fracaso? ¿que fracaso?, nada es suficiente para quien lo suficiente es poco, pero ¿que gloria podría compararse al goce de charlar con los
amigos en una tarde de sol?, ¿que poder puede tanto como la necesidad que nos empuja a amar, a
comer, a beber?.
Hagamos dichosa, proponía Epicuro, la inevitable mortalidad de la vida.