
El cotilleo y la envidia es el deporte nacional, y le Vega no es la excepción, ahora bien, no hay que exagerar, a mi los chismes me resbalan, si hablan me la trae al fresco, nadie, va a impedirme ir al pueblo sólo por el que diran, ademas suele pasar que quien más habla más tiene que callar. No hay nadie en el mundo, ni en la Vega que no tenga algo por lo que morderse la lengua. Es cuestión de caracter.