Tengan cuidado con ese Obispo.
Habia una vez una monja paseando por el jardin del convento y si saberlo se acerco mucho a una colmena que allí habia, le picaron doce o quince abejas en la cara y se le puso como una bota; fué corriendo a la madre superiora a que le pusiera algo para las picaduras y le dijo: Mira como me han puestos las malditas avispas! y la madre superiora se levanto la larga falda y le dijo: Pués mira a mí como me ha puesto el Obispo!
Habia una vez una monja paseando por el jardin del convento y si saberlo se acerco mucho a una colmena que allí habia, le picaron doce o quince abejas en la cara y se le puso como una bota; fué corriendo a la madre superiora a que le pusiera algo para las picaduras y le dijo: Mira como me han puestos las malditas avispas! y la madre superiora se levanto la larga falda y le dijo: Pués mira a mí como me ha puesto el Obispo!