Erase una tarde de invierno o de otoño adelantado, el grajo volaba bajo hacía un frío del carajo.
Y érase una taberna, la taberna de tío Faco, taberna que ya no existe, otro bar que fue al fracaso.
Y erase unos hombres y un gato acomodado, que allí estaban huyendo del frío, al brasero calentando.
Un hombre de ellos no se si tío Zutano o tío Mengano, el más cercano a la lumbre, y el gato allí, al acecho, próximo, mirando.....
Y estaba este hombre tío Zutano o tío Mengano, trasegando de la bota, con los otros conversando, y el pobre no se dio cuenta que por su entrepierna algo estaba engordando...... engordaba por el calor, la punta ya iba asomando, se movía de izquierda a derecha, y ese gato.... ¡AY!...., ¡ese gato acechando.....!
Y acaeció que cuando mejor estaba tío Zutano o Tío Mengano con el resto alternando, echó las uñas el gato a lo que estaba asomando.
Y fue visto y no visto, y mientras el gato emprendía la huida por tamaña osadía, quedo tío Zutano o tío Mengano, de sus males lamentando, ¡mucho dolor sin consuelo!, ¡bajó a todos los santos del cielo...!, y el resto a reír ¿que más os puedo decir?
Que vigileis las braguetas, que estén siempre cerradas, y desconfiar de los gatos que andan siempre en celada.
Esta historia es muy cierta, carece de invención, ocurrió como lo cuento, no me marco un farol.
(de las historias que me cuenta mi abuelo)
Reposición de lo escrito el 12/09/07
Y érase una taberna, la taberna de tío Faco, taberna que ya no existe, otro bar que fue al fracaso.
Y erase unos hombres y un gato acomodado, que allí estaban huyendo del frío, al brasero calentando.
Un hombre de ellos no se si tío Zutano o tío Mengano, el más cercano a la lumbre, y el gato allí, al acecho, próximo, mirando.....
Y estaba este hombre tío Zutano o tío Mengano, trasegando de la bota, con los otros conversando, y el pobre no se dio cuenta que por su entrepierna algo estaba engordando...... engordaba por el calor, la punta ya iba asomando, se movía de izquierda a derecha, y ese gato.... ¡AY!...., ¡ese gato acechando.....!
Y acaeció que cuando mejor estaba tío Zutano o Tío Mengano con el resto alternando, echó las uñas el gato a lo que estaba asomando.
Y fue visto y no visto, y mientras el gato emprendía la huida por tamaña osadía, quedo tío Zutano o tío Mengano, de sus males lamentando, ¡mucho dolor sin consuelo!, ¡bajó a todos los santos del cielo...!, y el resto a reír ¿que más os puedo decir?
Que vigileis las braguetas, que estén siempre cerradas, y desconfiar de los gatos que andan siempre en celada.
Esta historia es muy cierta, carece de invención, ocurrió como lo cuento, no me marco un farol.
(de las historias que me cuenta mi abuelo)
Reposición de lo escrito el 12/09/07