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SAN MARTIN DE LA VEGA DEL ALBERCHE: EL ALBERCHE.-...

EL ALBERCHE.-
Estaba al borde da la sequía. Era un joven río nacido, era liguero y alegre como un jilguero, que atravesaba las cañadas tímidamente y los buitres te daban la sensación de velocidad al caer a por agua al riachuelo. El aire impulsaba la corriente por donde se veían rana y pececillos.
Yo, a menudo me subía hasta el nacimiento montado a caballo o en bicicleta, que según mi padre era una fuente, llamada FUENTE ALBERCHE. Me sentaba frente a ella, pensando en que abastecería a personas y ganado de toda España. Sentía que me invadía un sentimiento conocido, no se si era beatitud o coraje.
Todo lo demás quedaba reflejado en él con serenidad, la hierba te daba frescura, las matas abrigo y seguridad y el sol, claridad.
Algún relincho o mugido de animales sueltos se escuchaba, pues oír una moto imposible, yo sentía admiración y ternura.

JULI.