Esta foto la hice a hurtadillas sintiéndome un poco profanadora de un instante de reverencial intimidad, un poco ladrona de momentos, o quizás un poco diosa inmortalizando una estampa de cielo gris plomizo a punto de crujir, sol invitador, y ellos a la ventura del tiempo.... ¡Perdón por la indiscreción!.
ESTAMPA AL SOL - COMO LOS GIRASOLES
Al sol de la tarde
se cobijan del gris del cielo,
igual que girasoles
ven discurrir días y tiempo,
sus palabras prenden
conversaciones de paso,
en ellas se adivina
el fulgor del ocaso.
Desmadejan palabras
encadenan silencios,
al calor de las piedras
por las caricias de Helios.
Sombreros de paja viseras,
les protegen los ojos,
ya va haciendo sombras
el sol en los rastrojos,
y cuando él emprenda la huida
detrás de la ermita, del cerro,
ellos cerrarán otra jornada
a salvo de lo incierto del cielo.
Cuando va finalizando el verano y las tardes se acortan, las tertulias se mueven al ritmo del sol, y las personas mayores son como los girasoles.
Se juntan al amparo de las paredes donde las piedras recalentadas les ofrecen un duro calor, y encadenan conversaciones triviales sobre el pasado, el presente y casi nunca sobre el futuro. Modulan silencios, apuran hasta el último rayo de sol, y se recogen al ocaso, igual que se recoge la vida al final de los tiempos...
ESTAMPA AL SOL - COMO LOS GIRASOLES
Al sol de la tarde
se cobijan del gris del cielo,
igual que girasoles
ven discurrir días y tiempo,
sus palabras prenden
conversaciones de paso,
en ellas se adivina
el fulgor del ocaso.
Desmadejan palabras
encadenan silencios,
al calor de las piedras
por las caricias de Helios.
Sombreros de paja viseras,
les protegen los ojos,
ya va haciendo sombras
el sol en los rastrojos,
y cuando él emprenda la huida
detrás de la ermita, del cerro,
ellos cerrarán otra jornada
a salvo de lo incierto del cielo.
Cuando va finalizando el verano y las tardes se acortan, las tertulias se mueven al ritmo del sol, y las personas mayores son como los girasoles.
Se juntan al amparo de las paredes donde las piedras recalentadas les ofrecen un duro calor, y encadenan conversaciones triviales sobre el pasado, el presente y casi nunca sobre el futuro. Modulan silencios, apuran hasta el último rayo de sol, y se recogen al ocaso, igual que se recoge la vida al final de los tiempos...