Hoy día de difuntos, es costumbre celebrar misa en el camposanto.
El primer cementerio que pisé en mi vida, fue este de La Vega, por entonces andaba de estreno de adolescencia, y la muerte era una pariente muy lejana.
Desde entonces hasta ahora da congoja ver como ese campo de sueño se ha llenado de cruces, tanto que se ha tenido que ampliar, y aún ahora se están haciendo nuevas excavaciones para construir nuevas sepulturas.
Duro constatar cuanta gente has conocido y ahora está bajo tierra, (¡en una vida cuantas vidas!, decía Tía Lorenza), darse cuenta de que prácticamnete una generación entera está ya sepultada.
La muerte hace su trabajo, nos pone la medida, y nos hace valorar la vida, el presente, el ahora, no hay por qué desdeñarla...
Hay un campo de sueño
que de frente observa,
el devenir del pueblo
con sus ojos de caverna.
Donde el sol mora a sus anchas
donde hiela y vela la luna,
donde la nieve es más blanca
donde no falta la lluvia.
Campo de cruces clavado
como alfiler en las faldas de la sierra,
te miran los paisanos pensando
que ellos alimentarán tu tierra.
Campo de horas muertas
una tras otra van pasando,
montones de olvido y memoria,
campo de tiempo sepultado.
DLV®
La raíz siempre quiere, volver a clavarse en su tierra...
El primer cementerio que pisé en mi vida, fue este de La Vega, por entonces andaba de estreno de adolescencia, y la muerte era una pariente muy lejana.
Desde entonces hasta ahora da congoja ver como ese campo de sueño se ha llenado de cruces, tanto que se ha tenido que ampliar, y aún ahora se están haciendo nuevas excavaciones para construir nuevas sepulturas.
Duro constatar cuanta gente has conocido y ahora está bajo tierra, (¡en una vida cuantas vidas!, decía Tía Lorenza), darse cuenta de que prácticamnete una generación entera está ya sepultada.
La muerte hace su trabajo, nos pone la medida, y nos hace valorar la vida, el presente, el ahora, no hay por qué desdeñarla...
Hay un campo de sueño
que de frente observa,
el devenir del pueblo
con sus ojos de caverna.
Donde el sol mora a sus anchas
donde hiela y vela la luna,
donde la nieve es más blanca
donde no falta la lluvia.
Campo de cruces clavado
como alfiler en las faldas de la sierra,
te miran los paisanos pensando
que ellos alimentarán tu tierra.
Campo de horas muertas
una tras otra van pasando,
montones de olvido y memoria,
campo de tiempo sepultado.
DLV®
La raíz siempre quiere, volver a clavarse en su tierra...