Hoy es el día de Castilla y León, y también de las letras españolas.
Más que hacer homenaje a las letras con este comentario voy a hacer homenaje al paladar y al estomago, con un plato típico de la gastronomía abulense.
RECETARIO POETICO: ODA A LAS PATATAS MACHACONAS.
Un baño burbujeante
recibe a la patata desnuda,
baño de sal con laurel
que la deshace en ternura.
En aceite bien caliente
los torreznos en la sartén
se preparan para el diente
dorando y crujiendo la piel,
en la grasilla de este suplicio
(torreznos a lo inquisición),
hay que añadir un buen pellizco,
de la Vera, el pimentón,
chisporrotea el aceite
cuando le añades el agua,
¡el pimentón que no se queme!
el aroma inunda..., cocina y alma.
Este prodigioso refrito
maridaje hace con las patatas,
que machacadas al puntito
se ponen bien coloradas.
En cazuela de barro
se sirven en la mesa
adornadas con torreznos,
¡sabrosa sencillez de tierra!.
DLV®
Hay a quien además le gusta acompañarlas con aceitunas y cebolla cruda, a mi me gustan solas con un torreznillo o dos, no las comemos muy a menudo, pero tenemos la costumbre de hacerlas para comer el día de Nochebuena, en honor a una tía que vive en Valencia y viene a pasar esos días con nosotros.
Estoy por decir, que después de leer esto, alguien se animará a preparar unas patatas machaconas, o revolconas como dicen los de Ávila, o le dirán a la parienta ¡reina, hace mucho que no comemos...!, ¡ya me contareis!, si estáis cerca de Callao ¡avisadme!.
¡que hambre tengo!, ¡que hambre tengo!, ¡me comería a Dios por una pata....!
Más que hacer homenaje a las letras con este comentario voy a hacer homenaje al paladar y al estomago, con un plato típico de la gastronomía abulense.
RECETARIO POETICO: ODA A LAS PATATAS MACHACONAS.
Un baño burbujeante
recibe a la patata desnuda,
baño de sal con laurel
que la deshace en ternura.
En aceite bien caliente
los torreznos en la sartén
se preparan para el diente
dorando y crujiendo la piel,
en la grasilla de este suplicio
(torreznos a lo inquisición),
hay que añadir un buen pellizco,
de la Vera, el pimentón,
chisporrotea el aceite
cuando le añades el agua,
¡el pimentón que no se queme!
el aroma inunda..., cocina y alma.
Este prodigioso refrito
maridaje hace con las patatas,
que machacadas al puntito
se ponen bien coloradas.
En cazuela de barro
se sirven en la mesa
adornadas con torreznos,
¡sabrosa sencillez de tierra!.
DLV®
Hay a quien además le gusta acompañarlas con aceitunas y cebolla cruda, a mi me gustan solas con un torreznillo o dos, no las comemos muy a menudo, pero tenemos la costumbre de hacerlas para comer el día de Nochebuena, en honor a una tía que vive en Valencia y viene a pasar esos días con nosotros.
Estoy por decir, que después de leer esto, alguien se animará a preparar unas patatas machaconas, o revolconas como dicen los de Ávila, o le dirán a la parienta ¡reina, hace mucho que no comemos...!, ¡ya me contareis!, si estáis cerca de Callao ¡avisadme!.
¡que hambre tengo!, ¡que hambre tengo!, ¡me comería a Dios por una pata....!