LA SIRENITA DE LA FUENTE JUANA
La fuente Juana, mana en las proximidades del casillo de Tía Sofía, en una esquinita entre donde empieza uno a adentrarse en el casco urbano al finalizar la carretera, y el huerto de Tía Mercedes.
Cuando en su día decidieron canalizarla y preparar un pilón para esa barriada, pensaron en el lugar en que actualmente se encuentra.
Ignoro cuando fue la fecha real de la construcción del pilón, sería interesante averiguarlo, si es que existe algún registro de estas cosas en algún lado del Ayuntamiento, lo que si me han contado es que la condición que pusieron los propietarios del huerto en cuya pared se adosa el pilón, es que se le concediera riego.
Y la palabra fue ley, y se hizo el pilón, y ellos tuvieron su derecho a riego.
El agua venía desde el Espinillo y encauzado venía por la calle principal, hasta enlazar con la regadera que metía el agua al huerto, cuando asfaltaron la calle, como no conservaron la regadera venía por mitad de la calle, tanto así que sabíamos cuando andaban regando Ginia y Florentino.
Ese huertito, que muchas veces veía yo desde la casa de mis padres, que vi en barbecho, o sembrado de patatas, dónde había un árbol que se poblaba al ocaso de pájaros, y de noche por algún que otro mozo voyeur, que le utilizaba como atalaya de vigía de tres casas habitadas por jovencitas, ese huertito ¿quién me lo iba a decir a mí?, que iba a ser el lugar donde un día tendríamos mi chico y yo, nuestra casa refugio- del capricho-“cambiachip”.
Cuando decidimos ponernos manos a la obra, lo primero que hicimos fue cortar el árbol, que curiosamente se repartieron entre los hermanos y la anterior propietaria, y luego el cerramiento de la finca.
Remodelamos por completo las paredes del huerto, reparamos la canalización de la fuente rota en algún punto, propusimos incluso al alcalde de entonces que aprovecharan y llegaran hasta su nacimiento, para sanearla por completo pero dijo que no.
Desde entonces (año 2003), la fuente Juana luce piedras nuevas, y está como se puede ver actualmente, y sigue murmurando noche y día a veces con más o menos intensidad, y es atendida y mimada por San Juan cuando se limpia y se adorna con álamo blanco.
Una tarde de verano (y esto es lo que justifica el título de esta entrada), vino a casa mi amiga ……, nos sentamos en las paredes del huerto al sol, ella casi sobre la cumbrera de la pared de la fuente.
En un momento que nos callamos, la pillé en una foto a traición, mirando al infinito con una pose que me recordó tanto a la sirenita de Copenhague, que la escribí este soneto...
LA SIRENITA DE LA FUENTE JUANA
La sirenita de la fuente Juana
no cuenta ni con escamas ni cola,
y vigila por si naciera una ola
en el lecho acuoso de la fontana.
Ella que tiene tantísimo de hada
Diosa y mujer en delicioso cruce,
hace conjuros con el agua dulce
en afán de convertirla en salada.
Atenta acecha el cielo de la sierra,
e imagina travesías sin tregua
dejando atrás a la estrella polar
añora el salitre varada en tierra,
y dice que oye en el caño del agua,
la voz profunda y serena del mar.
DLV®
¡Hoy es su cumpleaños! y tengo que echar la vista muy atrás en el tiempo para no verla a mi lado. ¡Muchas felicidades guapaaa!
La fuente Juana, mana en las proximidades del casillo de Tía Sofía, en una esquinita entre donde empieza uno a adentrarse en el casco urbano al finalizar la carretera, y el huerto de Tía Mercedes.
Cuando en su día decidieron canalizarla y preparar un pilón para esa barriada, pensaron en el lugar en que actualmente se encuentra.
Ignoro cuando fue la fecha real de la construcción del pilón, sería interesante averiguarlo, si es que existe algún registro de estas cosas en algún lado del Ayuntamiento, lo que si me han contado es que la condición que pusieron los propietarios del huerto en cuya pared se adosa el pilón, es que se le concediera riego.
Y la palabra fue ley, y se hizo el pilón, y ellos tuvieron su derecho a riego.
El agua venía desde el Espinillo y encauzado venía por la calle principal, hasta enlazar con la regadera que metía el agua al huerto, cuando asfaltaron la calle, como no conservaron la regadera venía por mitad de la calle, tanto así que sabíamos cuando andaban regando Ginia y Florentino.
Ese huertito, que muchas veces veía yo desde la casa de mis padres, que vi en barbecho, o sembrado de patatas, dónde había un árbol que se poblaba al ocaso de pájaros, y de noche por algún que otro mozo voyeur, que le utilizaba como atalaya de vigía de tres casas habitadas por jovencitas, ese huertito ¿quién me lo iba a decir a mí?, que iba a ser el lugar donde un día tendríamos mi chico y yo, nuestra casa refugio- del capricho-“cambiachip”.
Cuando decidimos ponernos manos a la obra, lo primero que hicimos fue cortar el árbol, que curiosamente se repartieron entre los hermanos y la anterior propietaria, y luego el cerramiento de la finca.
Remodelamos por completo las paredes del huerto, reparamos la canalización de la fuente rota en algún punto, propusimos incluso al alcalde de entonces que aprovecharan y llegaran hasta su nacimiento, para sanearla por completo pero dijo que no.
Desde entonces (año 2003), la fuente Juana luce piedras nuevas, y está como se puede ver actualmente, y sigue murmurando noche y día a veces con más o menos intensidad, y es atendida y mimada por San Juan cuando se limpia y se adorna con álamo blanco.
Una tarde de verano (y esto es lo que justifica el título de esta entrada), vino a casa mi amiga ……, nos sentamos en las paredes del huerto al sol, ella casi sobre la cumbrera de la pared de la fuente.
En un momento que nos callamos, la pillé en una foto a traición, mirando al infinito con una pose que me recordó tanto a la sirenita de Copenhague, que la escribí este soneto...
LA SIRENITA DE LA FUENTE JUANA
La sirenita de la fuente Juana
no cuenta ni con escamas ni cola,
y vigila por si naciera una ola
en el lecho acuoso de la fontana.
Ella que tiene tantísimo de hada
Diosa y mujer en delicioso cruce,
hace conjuros con el agua dulce
en afán de convertirla en salada.
Atenta acecha el cielo de la sierra,
e imagina travesías sin tregua
dejando atrás a la estrella polar
añora el salitre varada en tierra,
y dice que oye en el caño del agua,
la voz profunda y serena del mar.
DLV®
¡Hoy es su cumpleaños! y tengo que echar la vista muy atrás en el tiempo para no verla a mi lado. ¡Muchas felicidades guapaaa!