Me ha hecho mucha gracia eso de asociar al animal con el nombre que tiene. Ya sabemos que es al reves, que el nombre y los adjetivos son causa de su efecto. Me viene a la memoria una anécdota que recuerdo de una hermana mía. Cierta vez, iba con el borrico que teníamos y no le hacía ni caso. Ya enfadada del todo le oí decir: ¡Que bién te está el nombre que te pusieron de burro. A fe que lo eres... Y se quedó tan tranquila.
Buenos días San Martín de la Vega.
Un abrazo.
Buenos días San Martín de la Vega.
Un abrazo.