"La estamos esperando como
agua de mayo", la frase me ha inspirado.
¡Gracias!, pero no soy tan valiosa ni tan necesaria como el agua (¡ni falta que hace!, ¡no quiero!).
Si yo fuera agüita de mayo
y lo que digo es muy cierto
de seguro y sin remedio
¡me llevarían para el
huerto!
Pero no pienses mal
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