Verraco de pequeño tamaño instalado sobre una peana en la
plaza frente a la
iglesia. El hueco que habitualmente forman tronco, patas y pedestal-base está aquí sin perforar, sólo insinuado. El
toro o novillo no está de pie, sino recostado sobre el suelo, con sus extremidades recogidas a la manera de los rumiantes. Se distingue también el pellejo colgante de su papada.