Uno de los principales atractivos del municipio de
Solosancho es el
paisaje, caracterizado por un ambiente típicamente serrano en la zona Sur, al que se contrapone, por el Norte otro más suave y horizontal que supone el fondo del
Valle Amblés, con las riberas del
río Adaja en las inmediaciones de
Baterna y Solosancho. Pero es el paisaje serrano el que ofrece una mayor vistosidad, caracterizándose las elevaciones más próximas al valle por la vistosidad de sus formas y agrupaciones graníticas en proceso de degradación. Más al Sur la
sierra ofrece un paisaje menos rocoso a medida que se asciende en altura, momento en el que la vista panorámica del Valle Amblés adquiere mayor amplitud y belleza.
Particularmente espectacular es la contemplación de todo este paisaje durante la
primavera con la floración de las retamas y cantuesos, que con tonos amarillos y morados adornan el paisaje en contraste y en resalte con los
colores dominantes del fondo.
Todo en conjunto, en cualquier época del año produce una sensación de calma propicia para el excursionismo v la contemplación de la
naturaleza.
Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos años han permitido reconocer algunos asentamientos correspondientes a la Edad del Cobre (2500-1800 A.C. ) ubicados en las estribaciones de la sierra, en el contacto con las tierras del Valle Amblés, que constituirían, através de la explotación agrícola y ganadera, el modo de subsistencia de aquellas gentes.
Durante la Edad del Bronce (1800-800 A.C. ) hay testimonios muy elocuentes que indican la ocupación de la sierra y, en particular, de las vaguadas húmedas ricas en pastos estivales, por poblaciones de pastores a los que se les supone ligados a procesos de transhumancia menor. Por otra parte, son conocidos otros asentamientos paralelos e interrelacionados con los anteriores, pero más ligados a la explotación agropecuaria de las tierras del valle.