Habiendo leido la poesía escrita por el serñor Fausto Díaz, expuesta en el consultorio de
Villar de Corneja, he de decir que no comparto con él las afirmaciones que en ella he podido apreciar.
No es gente envidiosa la de nuestro
pueblo, sino, gente sencilla.
No necesitan que nadie les enseñe, pues somos nosotros los que aprendemos de ellos día a día, y orgullosos deberíamos estar por ello.
A Dios gracias vivimos en una democrácia, y si algo no nos gusta votamos "no". Y no hay que darse por ofendido.
Tal
... (ver texto completo)