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VILLAR DE CORNEJA: A MÍ MADRE EN SU GLORIA...

A MÍ MADRE EN SU GLORIA

De la dureza de tu cuerpo,
pariste nueve cuerpos
que amamantaste con tus pechos.

Con tus alas amorosas tapaste
el sobrio nido. sin agua y con poca luz,
cuántas noches a oscuras
cobijabas y tapabas a tus polluelos.
en las largas noches heladas de esa tierra dura
y fría. Con el calor y latido de la
de tú alma y de tú vida.

Tú la mejor ministra de economía,
profesora, puente de unión y sabiduría.
Tú hacías como nadie el milagro
de los panes y los peces.

En la escasez, repartías como
nadie a tus polluelos el poco
pan moreno que tenías.
de pie comías las migajas
que quedaban.

Esa trágica tarde gris de junio,
noté en tú mirada la satisfacción
del deber cumplido.

A la mañana siguiente
no te despediste de nadie.
Tú misma cerraste tu puerta
sin molestar a nadie.

Al abandonar tu lecho
aquella triste mañana,
un vuelo de golondrinas
recogió tú vida entera
y elevó al cielo tu alma.

Estoy seguro que cuando
tú llegaste arriba tú hijo Aurelio,
tenía extendida la alfombra roja
para que tú caminaras.

Madre me gustaría amar
como tú ser el último
en las cosas y esconderme
en los recodos de tu manto.

Cuando se apagó tu voz
puse tu esquela en el ABC
como tú bien querías.

Madre siento que vives. en la noche...
te siento viva en la oscuridad,
en esa ausencia eres tú,
siento que vives cuando las manos
que se acercan a mi, y no llegan
a rozarme.

Siento que vives en la noche
me recoges me abrazas y a veces
me parece que de nuevo
quieres llevarme contigo.

Desde tu ausencia, el polvo ha cubierto
mis cabellos dándole el toque nevadiizo
de los tiempos invernales de aquel pequeño
pueblo lejano casi olvidado.

Cuando acabe de hacer
todo lo que tú querías
me iré yo también contigo.
Tus huellas llevo grabadas en el
recuerdo de mi mente hasta la eternidad.

No, no llores, me queda el poco tiempo
de la, nada. para el verso final
del destino que ya esta escrito.
en el segundo final de mis palabras
al morir mi voz se juntara con contigo.
Juntos para siempre.

Tus versos, que son los míos
echarán raíces profundas con el calor de la tierra
al pie de tú tumba.

Para el día de la madre
Fausto Díaz. 2009