Orgulloso me siento del trabajo que hace mi abuelo en su vida como escritor, Juan Gil Hernández
Víctimas del terrorismo
En nuestra mente grabado
Junto a nuestro corazón
Día a día recordados
Con amargura y dolor.
Vuestras vidas las segaron
Con dolor y premeditación
Hombres crueles y malvados
Sin ningún temor de Dios.
Corre veneno en sus venas
El terrorismo es su emblema
No les importa condena
Matando ahogan sus penas.
Su alegría es inmensa
Cuando las pistolas cantan
Nobles hombres son pavesa
Cuando traspasan las balas.
Las lágrimas engarzadas
En cadenas de dolor
Con la sangre derramada
Eclipsarían el sol.
Niños que gritan y gritan
Llaman, llaman sin cesar
Suplicando una caricia
A su querido papá.
Madres, padres y esposas
Languidez en sus miradas
La virgen misericordiosa
Gloria y consuelo les manda.
La sangre roja regó
El suelo de nuestra patria
Ese asesino traidor
Rompió las alas del alma.
Nuestras vidas segarán
Como capullos de rosas
Nuestro espíritu verá
A nuestra España gloriosa
Muertos te defenderemos
Y tú nunca morirás
Unidos siempre estaremos
Por toda una eternidad.
Santiago
Hernández Díaz
Víctimas del terrorismo
En nuestra mente grabado
Junto a nuestro corazón
Día a día recordados
Con amargura y dolor.
Vuestras vidas las segaron
Con dolor y premeditación
Hombres crueles y malvados
Sin ningún temor de Dios.
Corre veneno en sus venas
El terrorismo es su emblema
No les importa condena
Matando ahogan sus penas.
Su alegría es inmensa
Cuando las pistolas cantan
Nobles hombres son pavesa
Cuando traspasan las balas.
Las lágrimas engarzadas
En cadenas de dolor
Con la sangre derramada
Eclipsarían el sol.
Niños que gritan y gritan
Llaman, llaman sin cesar
Suplicando una caricia
A su querido papá.
Madres, padres y esposas
Languidez en sus miradas
La virgen misericordiosa
Gloria y consuelo les manda.
La sangre roja regó
El suelo de nuestra patria
Ese asesino traidor
Rompió las alas del alma.
Nuestras vidas segarán
Como capullos de rosas
Nuestro espíritu verá
A nuestra España gloriosa
Muertos te defenderemos
Y tú nunca morirás
Unidos siempre estaremos
Por toda una eternidad.
Santiago
Hernández Díaz