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Ruinas de una vivienda invadida por la naturaleza, AHEDO DE BUREBA

Ahedo de Bureba es un despoblado burgalés, perdido en tierras burebanas, en un desolado paraje, cercano al Santuario de Santa Casilda y perteneciente al ayuntamiento de Galbarros.
Su origen se debió a la repoblación medieval de esta zona entre los siglos XII y XIII.
Es citado por primera vez en el fuero de Cerezo de Riotirón con el nombre de “Faedo”, otorgado por Alfonso VII en 1151 y confirmado por Alfonso VIII el 1165.
Ahedo estuvo sujeto al Alfoz del Monasterio de Rodilla.
Ahedo nunca tuvo mucha población, y aunque el pueblo tuvo electricidad, nunca contó con acceso asfaltado, los niños bajaban a la escuela de San Pedro de la Hoz, y cuando el médico dejó de asistir sus últimos habitantes abandonaron el pueblo quedando despoblado totalmente en 1973.
Hoy solo centro de una explotación agrícola, su escaso caserío yace en ruinas como su templo. Las ruinas de la iglesia de San Martín, ocultas por la vegetación, es un primitivo templo del románico burebano cuyo elemento más destacado es la portada, con tímpano monolítico que descansa sobre unos capiteles que representan entre otros a un personaje sedente, cantero labrando sepulcro, afrontamiento de león y grifo, jinete que cae al suelo ante su montura.
Actualmente a pesar de que la Junta de Castilla y León suprime la entidad local menor de Ahedo de Bureba por carecer de población, existen cuatro personas empadronadas en el pueblo según el Instituto Nacional de Estadística. Ciudadanos de Ahedo sobre todo por un tema sentimental y tradicional.