Nunca en el
pueblo hubo un tabernero tan ilustrado, y nunca la taberna estuvo tan alejada alli en una
esquina medio abandonada, y aun así, los parroquianos acuden a veces a pasar un rato, gracias a quien la atiende y pone un poco de calor en ella con tesón, sacrificio e ilusión, valores hoy día malpagados.
Justo y fácil sería el pago con la concesión de la nueva taberna el la
plaza, después de los años que hemos tenido de asistencia, muy feo sería hacerlo de otro modo, con quien de ésta forma obtendria
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