Leyendo este texto me entero, al cabo de 63 años, que el nombre de la Basi es Basilisa y, el nombre de Acha, es Ángel. En mis tiempos ella era Basi y él Acha.
Así eran los
pueblos de entonces, cada persona tenía un nombre o apodo, y fuera de él no se conocía otra denominación.
Bueno, hay que aplicar el refrán: Nunca te acostarás...