En esta
pila se bautizaron sus padres y ellos bautizaron a sus hijos.
Al fondo se encontraba la pila
bautismal, trasladada a la
parroquia de la Sagrada
Familia de la capital burgalesa y más recientemente al
Museo del
Retablo. Es un vaso troncocónico, de
piedra caliza, de 85,5 cm. de altura y 105 cm. de diámetro, decorado con una cenefa superior de círculos rebajados, a la que le sigue otra igualmente de círculos, pero ahora con rosetas y
cruces en alternancia, y debajo de ambas una arquería con una serie de figuras alojadas en su interior, entre las que aparecen seis posibles apóstoles, una danzarina, una arpía masculina, un
león pasante y un hombre atacado por lo que parece otro león. Son estos
arcos de medio punto, casi más bien
hornacinas, con dobles
columnas, a veces enmarcando motivos geométricos, y con formas vegetales en las enjutas. Las figuras humanas son toscas, con ropajes de burdos pliegues, y con cabellos y barbas formados por profundas incisiones, todo ello guardando estrechas similitudes con la pila bautismal de la cercana localidad de
Valtierra de Albacastro, que sin ninguna duda, fue hecha por el mismo
escultor. El modelo encuentra parentescos también en tierras palentinas, en Valcobero, en Renedo de Valdavia, y sobre todo en Moarves de Ojeda, donde aparece de nuevo el motivo del Apostolado.