Varios de los foros de los pueblos de Las Loras (incluyo aquí los pueblos del Valle de Sedano y los de Los Altos de Dobro) nos muestran cómo algunas personas desde varios miles de kilómetros de distancia inquieren hasta dar con sus antepasados.
Se podrían hacer grandes y largos ensayos sobre el tema; pero la constatación de que decenas de pesonas se manifiestan, en estos foros, por conocer su procedencia familiar y sobre el lugar (o los lugares) de sus antepasados es el más contundente manifiesto de lo que es el amor que infunden las raíces étnicas, familiares y locales.
Al mismo tiempo este afán por localizar los propios orígenes constituye un formidable ejemplo para todos que, no infrecuentemente, nos hemos despreocupado de indagar en los propios.
Se podrían hacer grandes y largos ensayos sobre el tema; pero la constatación de que decenas de pesonas se manifiestan, en estos foros, por conocer su procedencia familiar y sobre el lugar (o los lugares) de sus antepasados es el más contundente manifiesto de lo que es el amor que infunden las raíces étnicas, familiares y locales.
Al mismo tiempo este afán por localizar los propios orígenes constituye un formidable ejemplo para todos que, no infrecuentemente, nos hemos despreocupado de indagar en los propios.
Tengo una modesta idea para activar la vida de los pequeños pueblos, que han sido fuentes de gran emigración a América. Hay que capacitar gente del lugar para hacer un tipo de guia turístico, pero que se especialice, por llamarlo de algún modo, en turismo ETNOGRAFICO debido a la gran avidez que existe en América por conocer nuestras raices.
Muchas veces, la gente que cruza el charco, y llega a esas aldeas, se encuentra con la indiferencia de la gente del lugar y la visita a veces, se frustra. No siempre es así, pero sabe ocurrir con frecuencia. No hay un "timbre donde apretar", son localidades pequeñas, aveces está todo cerrado. Es cierto que los datos familiares que aportamos los emigrantes, a veces son difusos, confusos, el paso del tiempo ha hecho que se hayan roto esos lazos familiares. Pero hay un valor emocional intangible que es infinito. Ese, es un fuego que no hay que dejar que se apage nunca. Mañana me tomo el avión a España... y despues les cuento. Saludos desde Ultramar
Muchas veces, la gente que cruza el charco, y llega a esas aldeas, se encuentra con la indiferencia de la gente del lugar y la visita a veces, se frustra. No siempre es así, pero sabe ocurrir con frecuencia. No hay un "timbre donde apretar", son localidades pequeñas, aveces está todo cerrado. Es cierto que los datos familiares que aportamos los emigrantes, a veces son difusos, confusos, el paso del tiempo ha hecho que se hayan roto esos lazos familiares. Pero hay un valor emocional intangible que es infinito. Ese, es un fuego que no hay que dejar que se apage nunca. Mañana me tomo el avión a España... y despues les cuento. Saludos desde Ultramar