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ALBACASTRO: Además de lo sabiamente ha aportado por Fernando y...

Hola amigos les agradeceria si alguien dispone de tiempo y me puede relatar sobre los festejos de las bodas ahi como eran y sobre los partos es decir el nacimiento de los niños.
Tambien me gustaria saber como se las arreglaban cuando se enfermaban, salvo las epidemias que como aqui poco habia para hacer. bs a todos que tengan un buen dia.

Además de lo sabiamente ha aportado por Fernando y que, grosso modo, era lo usual en toda esta comarca, me interesaría ahondar en dos otros ejes de reflexión. Antes conviene aclarar que estas observaciones valen desde que el liberalismo rompió los estamentos en esta zona y se acabaron los hijosdalgo y los hombres-buenos para convertirse todos en buenos y honrados hombres con iguales derechos, desde finales del primer tercio del siglo XIX; con anterioridad las cosas no eran tan idílicas en muchos de estos pueblos, contrariamente a lo que muchos piensan porque las desigualdades consagradas por ley implacable nunca pueden traer nada bueno a la humanidad en general ni a cada comunidad, pequeña o grande, en particular; y esto es ciencia, no ideología -aunque no habría inconveniente en asumir este último aspecto-.
Los dos ejes de reflexión son: lo que suponía para cada individuo la boda y lo que suponía para el pueblo entero, para esa pequeña comunidad en que todo el mundo se conocía. E, incluso, para los mozos de todos los pueblos del entorno porque todas se conocían.
1. para el mozo y la moza: (sobre todo para el mozo; y si alguien piensa estos aspectos en clave sexista es que está perdido: esa era, como decía Montesquieu, la pura "naturaleza de las cosas" y nadie la cuestionaba para nada). El mozo rompía con los grandes vínculos que le habían mantenido con sus compañeros desde la infancia. Ahora "dejaba de ser mozo" y pasaba a otro estadio, el susperior: "se convertía en hombre" y, como tal tenía su yunta, comenzaba a labrar, bajo su total responsabilidad y planificación las "tierras". Como tal comenzaba a llevar boina, ya nunca más volvería al coro de la iglesia y su colocación en ella, y en las procesiones, era detrás de las mujeres. Se incorporaba al concejo y, por lo tanto, sus opiniones comenzaban a ser oídas por los "sabios" del pueblo. Ya no le era admitido andar por las loras de pueblo en pueblo las fiestas o ciertos domingos con los demás mozos de su pueblo; ya se acababa la época de las grescas con los mozos de pueblos vecinos; ahora no tenía que defender a los suyos sino su propia vida y la de su familia. La suegra sería tratada de "señora",... y, posiblemente, tendnría que convivir con ella. Recordemos el gráfico y rotundo dicho: "hombre casado, hombre domado". Este proceso es incocebible en una sociedad como la urbana. allí era la regla.
2. la comunidad comenzaba a exigir al mozo otras cosas: la relativa tolerancia que la comunidad mantenía con los mozos -al fin y al cabo éstos con sus diversiones y excesos debían prepararse, endurecerse, otear caminos y conocerlos bien por si (reflejo ancestral) había que defender a muerte a la comunidad- se acababa, ahora debía asumir la ponderación de alguien cuyo decir es escuchado. Si su conducta desdecía sería amonestado; los concejos no toleraban altercados en su interior. Tal era la función del juez de paz, cuando existía, y del alcalde y miembros de concejo en otros casos. Ningún casado podía hacer, en conducta, lo que le apeteciese. La comunidad velaba por su conservación y los miembros debían ser coherentes con la buena salud que la permitiese. Y en sus manos estaba la conservación, en miembros, de la propia comunidad: había que comenzar a reproducirse.
Considero María que, y con ciertos e inevitables ollvidos importantes, estos apuntes te pueden orientar adecuadamente y hacerte un mapa conceptual muy acertado. Espero que te sirvan; y que sirvan para el debate en la comarca