Nuño Núñez Rasura, señor y conde de
Amaya, nació en esta villa (probablemente a fin del año 789 o principio de 790), siendo soberano de Castilla el conde don Rodrigo, abuelo suyo. Su padre don Nuño Rodríguez, no el fabuloso don Nuño Belchides, hombre de probidad y de talento, puso todo su esmero y su conato en educarle según su calidad, y como á hijo único que era, encargando el cuidado de su instrucción y sus
costumbres a un venerable monge de
san Martín de Tausa, llamado Mauro. No fueron infructuosos sus desvelos: desde sus más tiernos años comenzó a dar pruebas de la impresión que habían hecho en su alma sus lecciones, y apenas había entrado en la edad
juvenil, cuando ya su nombre era respetado en la sociedad y en la milicia. Los continuos choques que sostenían los castellanos contra los sarracenos para mantener su libertad e independencia, y para extender sus dominios, acreditaron á Nuño de buen soldado, y sus consejos en la dirección de negocios de la provincia de buen político.
No tenía aun treinta y cinco años, cuando junto con su muger doña Argelos, dio fueros a su villa de Brañosera, estableciendo en ella un gobierno sabio, que después influyó infinito en el general de Castilla, y le sirvió a él mismo como de norma en el desempeño de su famosa judicatura.
* D. José Pellicer