Al norte del desfiladero de
Pancorbo se encuentra el
pueblo de
Ameyugo, cuya importancia estratégica es indiscutible. Durante la Edad Media se encontraba en uno de los ramales del
Camino de Santiago.
A la entrada y a la salida del pueblo hubo dos
puentes, de los que aún se conserva el
gótico. Consta que Ameyugo perteneció a la
casa de los Lara, al menos desde el siglo XII, pasando a ser propiedad de los Velasco y Vélez de Guevara en el siglo XVI.
Se encuentra en el centro del pueblo, osiblemente fue levantado por Isabel de Guevara hacia el año 1480. Se trata de una construcción prismática, con muros bastante gruesos, realizada en sillarejo y sillería en las
esquinas. Sobre la
puerta de ingreso se abre una
ventana y en el segundo piso un vano más pequeño, acompañado de algunas saeteras.
En el lienzo norte, también puede observarse otro pequeño ventanuco, por debajo del cual se situaba el aljibe. En lo alto de la
torre sorprende una hilera de
canecillos, que permite pensar en la existencia de un cadalso. Tan sólo se conservan unas pocas almenas en el muro septentrional. En el interior se distinguen la planta baja y tres pisos.