En el centro de la extensa vega que riega el
río Duero, se encuentra la capital de la no menos extensa comarca de la ribereña:
Aranda de Duero. Repoblada en el siglo IX, el nombre de esta ciudad castellana aparece por primera vez en el Concilio de Husillos celebrado en el año 1088. Sin embargo tuvo ya poblaciones antiquísimas de cuyas lenguas toma su nombre, Aranda que significa precisamente «vega amplia» y del río el sobrenombre de Duero.