ahora son pocas las
calles que están pavimentadas de esta manera, pero en la Edad Media y posterior durante decenios las calles estaban todas así, empedradas con pequeños cantos de
rio, se decía que se hallaban a uña de
caballo, siendo estas pequeñas
piedras las que hacían que el caballo no resbalase, ya que no están muy juntas sino a una distancia discreta unas de otras