Visite http://jrma1987. blogspot. com
DEDICADO A ELISA LAFUENTE AGUILAR
Soneto IV
El oro entre los campos encendido,
heraldo caprichoso a la aventura,
discreto como arroyo, su hermosura
mostró con su color envejecido.
Bermejo es su color y su sonido
apenas se percibe, si murmura,
sin levantar la voz, la conjetura
de fatigar su curso dolorido.
Dorado, majestuoso, siempre bello,
por Burgos, mas cargado de fatiga,
hermano de la luna y su destello,
el agua deja al cauce que la abriga,
peinando de sus ondas el cabello
y el riego da al lugar que la mendiga.
2011© José Ramón Muñiz Álvarez
Todos los derechos reservados por el autor.
DEDICADO A ELISA LAFUENTE AGUILAR
Soneto IV
El oro entre los campos encendido,
heraldo caprichoso a la aventura,
discreto como arroyo, su hermosura
mostró con su color envejecido.
Bermejo es su color y su sonido
apenas se percibe, si murmura,
sin levantar la voz, la conjetura
de fatigar su curso dolorido.
Dorado, majestuoso, siempre bello,
por Burgos, mas cargado de fatiga,
hermano de la luna y su destello,
el agua deja al cauce que la abriga,
peinando de sus ondas el cabello
y el riego da al lugar que la mendiga.
2011© José Ramón Muñiz Álvarez
Todos los derechos reservados por el autor.