Al pie mismo de los
Montes de Oca, junto a un arroyo que desciende de ellos, en una
carretera que buscando los
pueblos, parte de Quintanapalla, en la Nacional I, hasta
Villalmóndar, en el
Valle de los Ajos, a 29 km de
Burgos, encontramos a
ARRAYA DE OCA. Con toda probabilidad pasaba por su término una calzada
romana, que partía de Tritium, en el alto de la Brújula, hasta el otro Tritium, en
la Rioja, según el estudio de José Antonio Abásolo Álvarez.
Lo rodean
Cerratón de Juarros,
Villaescusa la Solana,
Villaescusa la Sombría y
Quintanilla del Monte en Juarros; y sus pobladores declararon en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752 que pertenecían al señorío del Duque de Frías.
Su nombre aparece escrito por primera vez en 1515 en el “libro de apeos de la dignidad arzobispal” de Burgos.
El Diccionario geográfico de Pascual Madoz anota 135 habitantes en el año 1848. Medio siglo más tarde, en 1900, había ascendido, como la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, hasta 331 y aún conservaba un fuerte número en 1950 con 247 habitantes. Pero, como en todos, el desastroso fin de siglo, motivado por la emigración, lo ha dejado con 35 personas en el año 2000.