Su
iglesia, dedicada a
San Pedro, es de una nave, rectangular con una
capilla a la izquierda, de base
románica, recrecida en el siglo XVI, toda ella abovedada.
El
ábside, más estrecho, es
románico, rectangular, con tres
ventanales, dos ya de
arco apuntado, recrecido más tarde. la
portada es románica de
transición, con
columnas exentas y cuatro arquivoltas, que tenía un rústico
pórtico abierto, que ha desaparecido en la reciente restauración, magníficamente conseguida. La
torre es también románica, de amplia base cuadrada, con ocho huecos (y dos
campanas) en los
que se conservan los fustes y
capiteles románicos, pues los
arcos desaparecieron a recrecer la torre.
La
pila bautismal es neoclásica, de mármol; y el
retablo mayor es barroco, con una imagen románica de San Pedro arriba. Uno de los laterales, renacentista avanzado, tiene una buena imagen de San Sebastián, procedente de una
ermita, que Pascual Madoz cita ya en
ruinas “a un cuarto de hora del
pueblo” y en otro barroco hay una
Virgen sedente con Niño, probablemente del XIV.
Sus libros parroquiales comienzan en 1852.
En su suelo se ha catalogado un yacimiento arqueológico con hallazgos posiblemente del Calcolítico y posiblemente
Medievales.