Trabajo en el yacimiento Galería. La campaña de excavaciones en la
Sierra de
Atapuerca en 2014 ha deparado nuevas sorpresas a la comunidad científica.
El Sitio arqueológico de Atapuerca es un conjunto de yacimientos arqueológicos y paleontológicos que contienen algunos de los restos de seres humanos más antiguos de la península ibérica. Se encuentran en la sierra de Atapuerca,
Burgos, en el yacimiento de la Gran Dolina restos del Homo antecessor con, al menos, una
antigüedad de 800 000 años, 23 y en la Sima del Elefante otros de una especie de Homo sin concretar y de 1,2 millones de años. Estos restos quedaron al descubierto al construir una línea de ferrocarril en el siglo XIX. 456
Ha sido declarado Espacio de Interés Natural, Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad como consecuencia de los excepcionales hallazgos arqueológicos y paleontológicos que alberga en su interior, entre los cuales destacan los testimonios fósiles de, al menos, cuatro especies distintas de homínidos: Homo sp., Homo antecessor, Homo heidelbergensis y Homo sapiens.
Situación geográfica
Está limitada por el
río Arlanzón al sur, río Vena al norte y la sierra de la Demanda, estribación del sistema Ibérico, al este. Forma parte del denominado corredor de la Bureba, importante e histórico paso entre el
valle del Ebro y la
cuenca del Duero. Desde el punto de vista orográfico es una formación modesta, con una cota máxima de 1079 metros sobre el nivel del
mar en la Cumbre de
San Vicente. Está formada por calizas cretácicas cubiertas por importantes masas de encinares (Quercus ilex), quejigales (Quercus faginea) y, sobre todo,
monte bajo de aulaga (Genista scorpius), romero (Rosmarinus officinalis), espliego (Lavandula spica), tomillo (Thymus sp.) y salvia (Salvia sp.).
El paso de la Bureba ha sido utilizado a lo largo de toda su existencia como paso principal hacia el interior de la península ibérica desde Europa. Como ya se ha indicado, une el valle del Ebro, vertiente mediterránea, con el valle del Duero, vertiente atlántica, a la vez que se sitúa en la ruta, que proveniente de los pasos pirenaicos se dirigen hacía los demás lugares peninsulares, bien hacia el oeste (
Galicia y
Portugal) como hacia el sur (la meseta castellana,
Andalucía,
Extremadura, sur de Portugal y África). Una de las principales calzadas
romanas pasaba por aquí al igual que el
Camino de Santiago en la Edad Media, la
carretera principal N-I a finales del siglo XIX y, hoy día, la autopista AP-1.
No solo ha sido el ser humano, en cualquiera de sus especies, quien lo ha utilizado: la
fauna y la
flora también lo han elegido en sus expansiones. Esto ha dado lugar a una importante presencia de fauna y flora diversa y a la ocupación humana continuada desde hace más de 1 200 000 años, ayudada por la fertilidad de las tierras y la abundancia de recursos.
Geología
Artículo principal: Sierra de Atapuerca
La sierra está compuesta8 de una pequeña colina —correspondiente a un anticlinal tumbado (vergencia NE y dirección ibérica NNW-SSE)— formada por calizas, arenas y areniscas de origen marino pertenecientes al Cretácico Superior (entre 80 y 100 millones de años), cubiertas por los materiales aportados por el río Arlanzón, que ha formado numerosas
terrazas aluviales en época cuaternaria. La parte más elevada de esta colina está totalmente plana, rasgo indicativo de que ha sufrido una fuerte erosión desde hace varios millones de años. 9
Alrededor de la sierra, y sobre este anticlinal, existen materiales de origen continental más modernos, cenozoicos, de hace entre 25 y 5 millones de años. Sus componentes son conglomerados de caliza y arcillas rojas del Oligoceno-Mioceno inferior, producto de la erosión del anticlinal calizo. Por encima de estos conglomerados se depositaron margas, arcillas y yesos. La sucesión estratigráfica culmina con los paquetes margosos y de calizas con sílex, propios del antiguo ambiente lacustre con el que se colmató el relleno de la cuenca sedimentaria del Duero en el Mioceno superior. 10
Durante finales del Plioceno e inicios del Pleistoceno, empieza a encajarse el valle fluvial del Arlanzón, creando, a su paso por la sierra, 15 niveles de terrazas cuaternarias muy asimétricas.
La subida de las
aguas del río y la estructura caliza han dado lugar a un complejo kárstico con multitud de
cuevas, muchas de ellas abiertas al exterior por diversas causas (derrumbes, cortes...). Por estas aberturas se han ido depositando diferentes sedimentos a los largo de los años: tierra, polvo, polen, restos animales, excrementos..., hasta llegar, en muchos casos, a colmatar las entradas y, en otros, estas han quedado cegadas por derrumbes posteriores, preservando el interior intacto hasta que surgieron nuevas aberturas. Esto ha permitido la conservación de restos y fósiles de homínidos en las numerosas cuevas bajo los bosques de Atapuerca, protegiéndolos de cambios bruscos de temperatura y humedad.
Espacio Cultural de la Sierra de Atapuerca
El Consejo de Gobierno de la Junta de
Castilla y León, en su
reunión del día 26 de julio de 2007, acordó la declaración como Espacio Cultural del Bien de Interés Cultural "Sierra de Atapuerca" en Burgos.
Atapuerca constituye el primer Espacio Cultural declarado en la Comunidad. La figura se utiliza al amparo de la nueva Ley de Patrimonio de Castilla y León y en consonancia con las nuevas estrategias del Plan PAHIS 2004-2012, que proponen la valorización de amplios espacios territoriales con valor cultural, de cara a su protección y a la promoción del desarrollo sostenible de las poblaciones en que se ubica.
Historia
Esta cavidad aparece ya citada en documentación del siglo X del
Monasterio de San Pedro de Cardeña. Quizá la primera mención extensa de la
cueva de Atapuerca se halle en la Crónica burlesca del emperador Carlos V de don Francés de Zúñiga, quien documenta ampliamente una visita a la misma "adonde fue una batalla del rey don Sancho de Castilla y el rey don García de
Navarra", realizada en 1527 por varios nobles de la corte con motivo de leyendas referidas a la existencia de fantasmas en la misma. 11 Que era conocida lo demuestran además la existencia de varios graffiti datables en los siglos XV y XVI. Pedro Sampayo y Mariano Zuaznávar en su Descripción con planos de la cueva llamada de Atapuerca (Burgos, 1868) dicen que incluso habían visto inscripciones del siglo XIII, alguna con caracteres islámicos