Jueves 4 de noviembre de 2010
Carlos Borromeo
INICIO
Fil 3, 3-8a: Lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida
Salmo: 104: Que se alegren los que buscan al Señor.
Lc 15, 1-10: Habrá fiesta en el cielo por un pecador que se arrepienta
Jesús se encuentra en medio de recaudadores de impuestos y pecadores, escena desagradable para el grupo de fariseos y doctores que escuchan las palabras del Maestro, pues esta clase de personas eran tenidas como irreligiosas, inmorales y alejadas de Dios, por lo que los judíos no debían juntarse con ellas en ningún momento. Las parábolas de la oveja y la moneda perdida son empleadas por Jesús para explicar el por qué se junta con pecadores. El pastor y la mujer representan la actitud misericordiosa de Dios que busca afanosamente al que se ha perdido, pues no lo considera ajeno, excluido sino como un valioso bien que se ha extraviado, que se debe buscar y que al encontrarlo produce gran alegría. El evangelio nos está señalando la dinámica en la que el reino de Dios se desarrolla, son los últimos, los pecadores, “los que no cuentan” el gran tesoro de Dios, es a ellos a los que Jesús se dirige y anuncia la Buena Nueva del reino, escandalizando a las autoridades religiosas y llenando de esperanza a los que sufren cualquier tipo de exclusión. Como iglesia creyente en Jesús estamos llamados a servir con misericordia, dirigiéndonos necesariamente a los predilectos del Padre: los excluidos.
buen dia
Carlos Borromeo
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Fil 3, 3-8a: Lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida
Salmo: 104: Que se alegren los que buscan al Señor.
Lc 15, 1-10: Habrá fiesta en el cielo por un pecador que se arrepienta
Jesús se encuentra en medio de recaudadores de impuestos y pecadores, escena desagradable para el grupo de fariseos y doctores que escuchan las palabras del Maestro, pues esta clase de personas eran tenidas como irreligiosas, inmorales y alejadas de Dios, por lo que los judíos no debían juntarse con ellas en ningún momento. Las parábolas de la oveja y la moneda perdida son empleadas por Jesús para explicar el por qué se junta con pecadores. El pastor y la mujer representan la actitud misericordiosa de Dios que busca afanosamente al que se ha perdido, pues no lo considera ajeno, excluido sino como un valioso bien que se ha extraviado, que se debe buscar y que al encontrarlo produce gran alegría. El evangelio nos está señalando la dinámica en la que el reino de Dios se desarrolla, son los últimos, los pecadores, “los que no cuentan” el gran tesoro de Dios, es a ellos a los que Jesús se dirige y anuncia la Buena Nueva del reino, escandalizando a las autoridades religiosas y llenando de esperanza a los que sufren cualquier tipo de exclusión. Como iglesia creyente en Jesús estamos llamados a servir con misericordia, dirigiéndonos necesariamente a los predilectos del Padre: los excluidos.
buen dia