hay que tener cuidado con esta planta.
Plantas con una merecida mala fama
Entre las plantas más conocidas por su toxicidad destacan la hiedra, la cicuta, la ortiga y el ricino.
Entre las plantas más conocidas por su toxicidad destacan la hiedra, la cicuta, la ortiga y el ricino.
También es muy conocido el veneno de la cicuta. Esta planta tiene alcaloides que, al actuar sobre el sistema nervioso, provocan parálisis muscular y posterior muerte por parada respiratoria. Sin embargo, como ocurre con la mayoría de estas especies, su aspecto es inofensivo. La cicuta tiene un cierto parecido con el perejil o el hinojo, aunque se diferencia de estas plantas por su color oscuro y el desagradable olor de sus hojas. Crece en las orillas de los ríos y demás zonas húmedas de Europa y América, donde puede alcanzar dos metros y medio de altura. La cicuta se caracteriza por su tallo hueco y estriado con muchas ramas en su parte superior. De ellas salen inflorescencias de pequeñas flores blancas. Sus hojas son blandas, verdinegras y triangulares.
Es de sobra sabido que el simple roce con una ortiga provoca irritaciones cutáneas causadas por los pelillos urticantes del tallo y las hojas. Estas son de color verde oscuro, ovaladas, rugosas y puntiagudas. Las ortigas comienzan a florecen en julio. Sus pequeñas flores de color verde amarillento están dispuestas en racimos colgantes de hasta 10 cm.
El ricino es un arbusto de tallo grueso y leñoso, que está hueco por dentro y, a menudo, cubierto de un polvo blanco semejante a la cera. De grandes hojas, sus flores de color lila están dispuestas en inflorescencias de porte erguido. En sus frutos se encuentran unas semillas grandes y brillantes que contienen una toxina llamada ricina, cuya ingestión puede provocar la muerte.
El ricino es un arbusto de tallo grueso y leñoso, que está hueco por dentro y, a menudo, cubierto de un polvo blanco semejante a la cera. De grandes hojas, sus flores de color lila están dispuestas en inflorescencias de porte erguido. En sus frutos se encuentran unas semillas grandes y brillantes que contienen una toxina llamada ricina, cuya ingestión puede provocar la muerte.