Siguiendo desde el
pueblo las indicaciones hacia
Santa Icilia llegamos a un alto donde veremos el cruce de tres
caminos: el de Guariste, que asciende rápidamente, la bajada a Santa Icilia, y, en medio, un
camino recto. Tomamos este último y seguimos una buena senda que entre robles nos lleva hasta un pequeño
puente de madera, recientemente restaurado. Variante de
Verano: Cruzamos el puente y seguimos andando por el camino, esta vez a la
sombra de las hayas y una pequeña zona de
pinar, invadido en buena parte por las hayas. Si nos fijamos, en una curva del camino podremos descrubir un buen ejemplar de roble albar. La senda termina en un pequeño claro, justo antes de entrar en un denso hayedo. En ese punto hay que descender hasta el
río de la Umbría, de
aguas muy limpias y dónde podremos ver alguna trucha. Para ver la
cascada es necesario cruzar el río, existiendo unas
rocas en dónde es relativamente fácil hacerlo, pero sólo en los meses de verano, ya que el resto del año el caudal del río nos lo impedirá y tendremos que escoger la otra variante. Variante de
Invierno: En vez de cruzar el puente seguimos la senda que asciende un poco antes para cruzar el pequeño Barranco de las Brujas. La senda sigue entre robles por la margen derecha del río y desde ella podemos ver el hayedo mezclado con un pequeño pinar al otro lado. En
otoño el contraste de
colores crea un
paisaje de gran belleza. Desde la senda vemos a cierta distancia el río de la Umbría. En poco más de un cuarto de hora llegaremos a una pequeña campa al lado del río (justo dónde termina la senda de la otra variante). Allí desemboca el Arroyo de Montero o del Chorranco. No tenemos más que subir unos metros por él entre los robles para contemplar la caída del
agua en la Cascada del Chorranco, de unos 20m de altura, en dos tramos de cascada. Un poco más abajo de la cascada, la senda cruza el pequeño arroyo y empieza a subir en una dura rampa entre el matorral y el
monte bajo de robles. Tras un duro repecho llegamos a una buena campa desde dónde contemplamos los grandes bosques de roble que cubren la cabecera del
valle, con la
torre de Guariste en lo más alto. Al sur nos queda el valle de la Umbría, con sus hayedos. En el borde de la campa hay una gran tenada que se encuentra en buen estado. Saliendo de la campa por el terreno llano enseguida entramos en el rebollar y veremos un camino apto para todo-terrenos. Por él comenzaremos a descender hasta la orilla del Aº de Montero, que después cruzamos por un puente. Ascendemos de nuevo entre robles y el camino pasa muy cerca de Los Pastizales, una amplia franja de terreno dónde hace muchos años se cultivaba y que hoy se utiliza como pasto para el
ganado. Poco después llegaremos a El
Horno, con prados cercados por vallas de
piedras y algunos grandes robles centenarios. Seguimos el camino pasando el Barranco de las Brujas y más adelante encontraremos un cruce de caminos, siendo el de la derecha el que asciende hacia Guariste. Nosotros descenderemos sin más al
Campo de la Tenada y siguiendo el camino llegaremos de nuevo a
Barbadillo de Herreros.