Fue en vuestra despedida,
la
familia junta y compungida comprendió el fin de una saga.
Fue ese día taciturno donde se agolpan los recuerdos,
del rayo furtivo que atraviesa nuestro tiempo desprevenidos.
Fue en ese último adiós, donde la mente se tortura,
recordando los hechos y dichos sin poder ya reparar nada.
Fue ese día que el teléfono sonaba tan vacío,
con armarios de ropa ausente.
Casa con imágenes grabadas, donde el tiempo vistió un destino.
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