Además la comunidad elabora dos variedades de licor de hierbas denominados “TIZONA DEL CID” con propiedades digestivas si se toma con moderación.
Se elabora en dos modalidades, verde y amarillo. Este producto tiene su historia. La Orden Cisterciense, fundada en 1098, como reforma de la Orden Benedictina, tiene sus características que se reflejan en este Licor. Por ejemplo: su austeridad y sencillez en su modo de vivir propicia un conocimiento notable del campo y sus hierbas, y de técnicas agrícolas. Así nace este licor, que se fabrica BAJO FORMULA SECRETA a partir de la maceración, durante 15 días y en toneles de madera, de unas treinta hierbas distintas, cultivadas unas y recogidas otras en los campos castellanos, junto con una sabia adición de semillas exóticas como la canela, el acíbar y el clavo. La pureza y densidad del licor se produce con la adición del jarabe al alcohol. Sale así un licor brillante, de unos 38º el amarillo y 40º el verde que posee -tomándolo con moderación- grandes propiedades digestivas. Resulta también agradabilísimo al paladar. Su sabroso nombre -TIZONA DEL CID- es un homenaje al Cid Campeador y a su vinculación con este Monasterio. Sobran, por ello, las palabras ante tan gran avalista.
Se elabora en dos modalidades, verde y amarillo. Este producto tiene su historia. La Orden Cisterciense, fundada en 1098, como reforma de la Orden Benedictina, tiene sus características que se reflejan en este Licor. Por ejemplo: su austeridad y sencillez en su modo de vivir propicia un conocimiento notable del campo y sus hierbas, y de técnicas agrícolas. Así nace este licor, que se fabrica BAJO FORMULA SECRETA a partir de la maceración, durante 15 días y en toneles de madera, de unas treinta hierbas distintas, cultivadas unas y recogidas otras en los campos castellanos, junto con una sabia adición de semillas exóticas como la canela, el acíbar y el clavo. La pureza y densidad del licor se produce con la adición del jarabe al alcohol. Sale así un licor brillante, de unos 38º el amarillo y 40º el verde que posee -tomándolo con moderación- grandes propiedades digestivas. Resulta también agradabilísimo al paladar. Su sabroso nombre -TIZONA DEL CID- es un homenaje al Cid Campeador y a su vinculación con este Monasterio. Sobran, por ello, las palabras ante tan gran avalista.